viernes, 1 de agosto de 2008

EDITORIAL

¿Habrá ido alguna vez a la confitería Las Violetas el Astrólogo, aquel personaje atrapante de “Los siete locos”? No lo sabremos, sí estuvo allí el autor de ese magnífico libro, Roberto Arlt. También Alfonsina Storni, la poetisa que se dejó abrazar hasta la muerte por el mar. Carlos Gardel es el fanático más famoso que concurrió frecuentemente al Hipódromo de Palermo. Por otra parte, ya mucho más cercano en el tiempo, Maximiliano Guerra danzó en el escenario principal del Teatro Cervantes, espació que también albergó, entre tantos otros, a la gran China Zorrilla.

Los artistas no sólo nos dejan sus obras, sino incluso sus huellas en aquellos lugares que por majestuosidad propia, pero además por visitas ilustres, se convierten en célebres. Y en consecuencia, en parte importante para la identidad cultural de la ciudad.
Ezequiel Ghione

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