domingo, 1 de junio de 2008

PERSONAS Y PERSONAJES

MANUEL BELGRANO

EL DE LA SANGRE CELESTE Y BLANCA

“Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria. Me contentaría con ser un buen hijo de ella”, expresó el creador de la Bandera Nacional. Su nombre completo fue Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y nació el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires.

El prócer estudió en el Colegio de San Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires) y se recibió de abogado en España. Luego, en 1794, retornó al país para asumir el cargo de Secretario del Consulado, institución que tenía como principal objetivo impulsar el desarrollo económico de la región. Desde su mandato, propuso la creación de las escuelas de comercio, náutica y dibujo.

Más adelante llegó el turno del periodismo, con la aparición, en 1801, del primer periódico del país, el Telégrafo Mercantil. Belgrano desde su pluma alentó la educación de la mujer y reivindicó su lugar en la sociedad, además de promocionar el desarrollo de la industria, de la agricultura y del comercio local. “Sin educación, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”, alguna vez reflexionó sabiamente.

Su gran capacidad como político se evidenció en la Revolución de Mayo de 1810. Desde su posición de vocal logró una gran influencia en la toma de decisiones. Fue fundamental para que el país se independice de España, además, en el plano bélico, con varias victorias, y también derrotas, en sus campañas militares. Y en una de aquellas grandes proezas, más precisamente en Rosario, creó la Bandera Nacional el 27 de febrero de 1812.

Al final de sus días, mucho fue el sufrimiento. En la pobreza, murió de hidropesía, una grave enfermedad, el 20 de junio de 1820, fecha que la Argentina reconoce como el Día de la Bandera. Fue un hombre que soñaba con un país justo y educado. Hoy, no tan valorado como lo merece, sus restos descansan en un mausoleo de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la esquina de la Avenida Belgrano y Defensa, en Buenos Aires, la ciudad que fue testigo del nacimiento y de la muerte del más celeste y blanco de los argentinos.
Gabriel Albornoz

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