domingo, 1 de marzo de 2009

LUGARES

El Club de Pescadores


CON EL RIO A LOS PIES

Fue nombrado Monumento Histórico. Es una de las zonas más pintorescas de la ciudad y en poco tiempo cambiará su paisaje. Una invitación a soñar.



Con la misma emoción y alegría que tiene un chico al recibir un regalo, Juan Carlos ordena su caja de herramientas para esperar otra sesión del deporte que, para él, es su vida. El sol le brilla en la cara, y el viento, atraído por las aguas del Río de La Plata, le vuela su boina unos metros.

-Dale nene, agarrala, le grita a su hijo Francisco de 8 años.

Juan Carlos, como muchos otros socios, disfruta cada día de pescar en el muelle de la ciudad. "Ahora hay menos pique. Acá venía mi papá cada vez que podía desde las 6 de la mañana. Me acuerdo que traía unas tortitas negras, agarraba el mate y en invierno me decía que en el muelle hacía más frío que en Alaska, para convencerme de usar las bufandas de lana que hacía mi mamá, que me dejaban una picazón insoportable", cuenta mientras carga al hombro sus cañas que multiplican por tres su estatura.

Cada día miles de Juan Carlos se sumergen en ese pasillo sin final: el muelle. Esa estructura de madera que se puso en pie en 1932 cuando la avenida Costanera era de tierra, a su costado no había nada y hasta se veía arena. Recién cinco años más tarde, apareció la tradicional casona del club y desde esos tiempos, se convirtió en un exponente de la arquitectura de Buenos Aires.

Muchas historias quedarán guardadas en las paredes del club. Una curiosa es la que cuenta que, la casona, fue el primer lugar del país donde se supo, en 1939, que la Segunda Guerra Mundial había terminado, gracias a que unos meses antes habían colocado una antena y una estación de recepción de la agencia de noticias Reuter. También hay algunas más fantasiosas. Suelen decir que en días de mucha niebla la casa parece flotar en las aguas de la Costanera Norte y que el camino conduce al cielo.

Simples ilusiones que cada día están más lejos, porque en la zona se están haciendo obras que modificarán el paisaje. El club firmó un convenio con el Gobierno porteño para ceder 50 metros del muelle de acceso. Así se acercará la avenida Rafael Obligado a las puertas y ya no se verá a la casona sobre el agua. Se perderá, de esa forma, una de las vistas más representativas y originales del Río de la Plata. "Será raro, uno está acostumbrado y así este lugar es divino. Habrá que adaptarse", opina Juan Carlos, resignado. Es que sí, es una verdadera lástima.
Texto: Natalia Florio
Fotos: Esteban Montes

EL DATO
El club fue declarado Monumento Histórico Nacional en junio de 2001. Tiene una curiosidad: se puede visitar los 365 días del año, las 24 horas. También se realizan campeonatos y actividades todos los meses y cuenta con un restaurante que vale la pena conocer. Una buena invitación. Av. Rafael Obligado y Av. Sarmiento, Costanera Norte.

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