domingo, 1 de marzo de 2009

SOCIEDAD

La Carrera de Miguel
KILOMETROS DE MEMORIA

Se larga una nueva prueba en homenaje a Miguel Sánchez, el atleta desaparecido durante la última dictadura militar. Correr para no olvidar.

Correr, trotar, caminar, pero avanzar. Avanzar para acortar distancias contra la impunidad, para dejar atrás cualquier incitación al olvido. Esa será, una vez más, la meta de una nueva edición de La Carrera de Miguel. Miguel Sánchez, un atleta, un poeta, un militante de justicia, un corazón entre 30.000 corazones que se llevó la última dictadura militar.

El 31 de diciembre de 1977, Miguel corrió la tradicional Corrida de San Silvestre, Brasil. Nueve días después, un grupo comando lo secuestró en su casa de Villa España, Berazategui, al sur del Gran Buenos Aires. Después… ya no hubo después. Miguel desapareció como desaparecieron decenas de miles de personas durante el golpe de Estado más violento que vivió la Argentina hace ya más de tres décadas.

Pero la historia no perdió la memoria. En 1998, una nota de los periodistas Ariel Scher y Víctor Pochat en el diario Clarín reconstruyó el hecho e hizo despertar el interés del reportero italiano Valerio Piccioni del periódico La Gazzeta Dello Sports, para impulsar dos años más tarde La Corsa di Miguel en las calles de Roma en homenaje al maratonista argentino. Desde entonces, cada año y en todo el mundo corren por Miguel.

Miguel nació el 6 de noviembre de 1952 en Bella Vista, Tucumán. Era el menor de diez hermanos de una familia golpeada por la crisis azucarera, la cual hizo que abandonaran su tierra natal para radicarse en Buenos Aires.

Comenzó jugando al fútbol en Gimnasia y Esgrima La Plata, pero abandonó cuando consiguió un puesto en el Banco Provincia. Sin embargo, el deporte seguía siendo su pasión. Conoció el atletismo y le fascinó la constante voluntad de autosuperación que implica la prueba. Se inició en la categoría libre y luego se federó en el club Independiente.

Al mismo tiempo luchaba por un mundo más justo en una unidad básica de la Juventud Peronista. Al mismo tiempo, escribía poesías llenas de sentimiento como lo fue Para vos, atleta, el poema que publicó la Gazeta de San Pablo cuando participó por última vez de la Corrida de San Silvestre.

Buenos Aires correrá una vez más por Miguel Sánchez. Por los 30.000 Migueles que se cobró la dictadura. Por los ausentes, por los presentes.

Ariel Cantiri
INFORMACION UTIL

Al cierre de esta edición, la Carrera de Miguel estaba pautada para el domingo 29 de marzo. Para obtener más datos comunicate con la Subsecretaría de Deportes al teléfono (011) - 4124-3400 o al e-mail carrerademiguel@buenosaires.gov.ar o a la Subsecretaría de Derechos Humanos, Av. Cerrito 268 piso 8, teléfono (011) - 4010-0300 interno 13201.


COLUMNA DE OPINION
Ariel Scher, periodista del diario Clarín. Autor junto a Víctor Pochat de la nota que reconstruyó la historia de Miguel Sánchez en 1998.
La memoria no es una señora quieta. No es una mirada hacia el pasado por el pasado mismo. La memoria se mueve y, al moverse, mueve el presente y mueve el futuro. Algunas veces ese movimiento es lento, casi imperceptible, porque no siempre hace falta que la memoria se apure o, también, porque hay quienes se esmeran en frenar ese movimiento, o sea que se esmeran en evitar que la memoria se conozca y construya el porvenir. Otras veces, en cambio, la memoria acelera, va rápido, deja atrás todo lo que podría funcionarle como límite. Y es extraordinaria.

Memoria deportiva, memoria política, memoria argentina, memoria entre memorias, la historia de Miguel Sánchez fue una memoria de movimientos cortos durante unos cuantos años. A Miguel lo quería, lo pedía, lo reclamaba y lo extrañaba un núcleo formado por su familia y sus amigos. Acaso esa memoria era de movimientos cortos porque el deporte todavía no se había constituido como espacio de demandas que la sociedad sí hacía por otras vías. Pero un día, esa memoria siempre viva cambió y le puso vértigo a su andar.

Así Miguel Sánchez, un deportista, un individuo de sueños propios y colectivos, se volvió una carrera, diez carreras, muchísimas carreras. Y miles de personas se volvieron memoria y se volvieron Miguel. Y ayudaron con los pies, con el corazón y con el compromiso a que esa memoria alimentara la esperanza de que ciertos horrores no pasen nunca más y de que ciertas ilusiones nobles empiecen a pasar. Entonces, la memoria de Miguel Sánchez, como tantas otras memorias, creció, se transformó, iluminó. Por eso es un gran homenaje: qué mejor para un atleta que darle fuerza y darle nombre a una memoria que corre.

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