martes, 1 de abril de 2008

HISTORIA

Foto: Esteban Montes

EL EDIFICIO KAVANAGH, UN COLOSO CREADO POR EL DESPECHO DE UNA MUJER



Se encuentra en la Plaza San Martín, enfrente de la Basílica del Santísimo Sacramento.

Cuando se recorre la calle Florida en dirección a Retiro, al llegar a la Plaza San Martín, hay un edificio que no pasa desapercibido para ningún transeúnte: es el Kavanagh, que encierra una historia particular digna de ser contada. Aquí conocerá un poco sobre el rascacielos que supo ser el más alto de Latinoamérica.

En la década del `30 una joven llamada Corina Kavanagh, proveniente de una familia adinerada, había tenido una relación sentimental con el hijo de Mercedes Castellanos de Anchorena, dueña de una de las fortunas más importantes de Buenos Aires y de la cual sus antepasados estaban estrechamente relacionados con las primeras inmigraciones europeas a la Argentina.

Mercedes fue una mujer fuerte que se destacaba por sus obras de caridad y sus aportes a la Iglesia Católica, a tal punto que fue la mentora de la construcción de la Basílica del Santísimo Sacramento, uno de los templos más lujosos de Buenos Aires. Pero no toleraba la relación de su hijo con Corina, y logró que se rompiera esa unión.

La muchacha quedó extremadamente dolida por la actitud de Mercedes y decidió tomarse revancha, pero sin ningún rastro de violencia. Su plan fue adelantarse a la familia Anchorena que anhelaba adquirir el terreno que le pertenecía al Hotel Plaza, justo enfrente de la Basílica del Santísimo Sacramento, hoy un templo abierto a la sociedad que en esa época era sepulcro de los Anchorena.

La intención fue tapar la visión de la iglesia, y Corina tuvo la idea de instalar una vivienda justo allí, por lo que vendió dos de sus estancias para financiar la construcción. Contrató a Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y el célebre Luis María De La Torre, uno de los arquitectos más prestigiosos de aquél entonces.

El levantamiento duró 14 meses y fue inaugurado en 1936. Así Corina cumplió su objetivo, el mítico edificio Kavanagh se convirtió en la única construcción desde la que se podía observar la iglesia.

Gabriel Albornoz

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