sábado, 1 de marzo de 2008

BUENOS AIRES MISTERIOSA

PINAR DE ROCHA


CUIDADO CON EL BOLICHE

Salir a bailar es sinónimo de diversión, aunque en el espacio ubicado en el Oeste de la provincia de Buenos Aires se oculta una triste historia.

En Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, se encuentra uno de los boliches más famosos de la actualidad: Pinar de Rocha, ubicado en la Avenida Rivadavia 1475.

La vieja casona fue construida por Dardo Rocha en 1878 y varias generaciones fueron propietarias de ella. Con el devenir del tiempo la localidad de Ramos Mejía fue creciendo y la actividad comenzó a cambiar, así como la utilidad de la finca que terminó por convertirse en la actual disco.

Una de las familias que fue dueña del lugar estaba compuesta por el matrimonio y su hija adolescente. Era gente adinerada que se preocupaba más por los bienes materiales y la diversión que por los sentimientos de la niña. Fue así que un día decidieron realizar un viaje dejando a la chica al cuidado de una señora.

La joven extrañaba mucho a sus padres. De hecho siempre se sintió un poco rechazada y olvidada, pero al tenerlos lejos notó más su ausencia y optó por dejarse morir.

De a poco fue abandonando la comida y no salió más de su habitación. La anciana que la cuidaba tampoco se preocupó por lo que la pequeña hacía y cuando sus padres llegaron encontraron a su hija muerta sobre su cama.

Ante tanto dolor decidieron vender la casa y se fueron de Ramos Mejía.

Pero, una vez más, olvidaron a su hija allí. Su espíritu quedó en el lugar, vagando en busca de sus padres o de alguien que le quisiera dar cariño.

Se dice que de día, al contrario de lo que podría suponerse de la mayoría de los fantasmas, se la puede ver rondando por los pasillos de Pinar de Rocha. Siempre triste, con lágrimas en los ojos y no divirtiéndose como la mayoría de los chicos que concurren al espacio.

Empleados del boliche aseguran haberla visto llorando mientras paseaba con un largo vestido blanco. También afirmaron que las cortinas se cierran solas y que, a veces, se puede ver su rostro en las ventanas.
Aurora Miño

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