domingo, 1 de febrero de 2009

EDITORIAL

Los sucesos cotidianos en la ciudad ocurren menos veloces. Así como de marzo a noviembre impera el ritmo vertiginoso, casi eléctrico, y en diciembre el clima festivo se mezcla con el cansancio que acarrea el peso de un año que se va, enero y febrero también tienen su impronta. La zona de la Costanera convoca a los adeptos de las piletas y a los amantes de exponer sus cuerpos al sol. En las calles los movimientos son más pausados, típicos en la época, y difieren de lo que suelen ser en el resto de los meses. Algunos eventos al aire libre le brindarán color y calor a la ciudad, habrá de todo y para todos los gustos: milongas, recitales, cine, teatro y hasta espectáculos infantiles. Además, los bares cobran vida en los atardeceres y en las noches. La oferta es variada y Buenos Aires está preparada para que los demandantes, locales o turistas, convivan y se diviertan olvidándose del calor y disfrutando de él.

Ezequiel Ghione
Director General

No hay comentarios: