CARILO, EL PAISAJE SOÑADOLa frondosidad del bosque ante la inmensidad del mar caracteriza al más distinguido balneario argentino.
Centenares de árboles acarician el cielo y tapizan los médanos hasta la orilla del mar, mientras el aire embelesado va recorriendo caminos sinuosos, colmándose entre la melodía de los pájaros y grillos en un sinfín de aromas y colores. Así lo soñó Héctor Manuel Guerrero hace 90 años cuando decidió convertir un desierto arenoso en un gran bosque llamado Cariló.
Contra todos los comentarios desalentadores, resistiendo a los fuertes temporales y con la ayuda de sus colaboradores, Don Guerrero comenzó a sembrar rebrotes de pino, para ir transplantándolos luego, en los médanos vírgenes.
Era 1918 y Cariló ya asomaba. Lo que parecía un sueño ficticio, se hizo realidad tres décadas más tarde cuando un inmenso bosque cubría 1600 hectáreas de terreno.
Así Cariló pasó a incluir el abanico turístico de la Costa Atlántica conjugando la espectacularidad de su bosque con sus enormes playas, siendo reconocido por una ley ambiental en la que se declaró al balneario como área protegida.
Para quienes desean escapar del ruido, en busca de paz y tranquilidad, éste es el destino ideal. Sus caminos arenosos (no hay calles asfaltadas para preservar el ambiente) son una incitación a las caminatas sin rumbo a las cabalgatas o al paseo en bicicleta.
Complejos deportivos como el Tennis Ranch o el Golf Club, hotelería de nivel internacional, cocina de alta gama y un centro comercial, poblado de duendes de yeso como si fueran seres mitológicos extraídos de una novela de ciencia ficción, culminan a esta gran aldea.
Así es Cariló, un bosque encantado donde los cuentos de hadas se vuelven ciertos.
Contra todos los comentarios desalentadores, resistiendo a los fuertes temporales y con la ayuda de sus colaboradores, Don Guerrero comenzó a sembrar rebrotes de pino, para ir transplantándolos luego, en los médanos vírgenes.
Era 1918 y Cariló ya asomaba. Lo que parecía un sueño ficticio, se hizo realidad tres décadas más tarde cuando un inmenso bosque cubría 1600 hectáreas de terreno.
Así Cariló pasó a incluir el abanico turístico de la Costa Atlántica conjugando la espectacularidad de su bosque con sus enormes playas, siendo reconocido por una ley ambiental en la que se declaró al balneario como área protegida.
Para quienes desean escapar del ruido, en busca de paz y tranquilidad, éste es el destino ideal. Sus caminos arenosos (no hay calles asfaltadas para preservar el ambiente) son una incitación a las caminatas sin rumbo a las cabalgatas o al paseo en bicicleta.
Complejos deportivos como el Tennis Ranch o el Golf Club, hotelería de nivel internacional, cocina de alta gama y un centro comercial, poblado de duendes de yeso como si fueran seres mitológicos extraídos de una novela de ciencia ficción, culminan a esta gran aldea.
Así es Cariló, un bosque encantado donde los cuentos de hadas se vuelven ciertos.
Ariel Cantiri
¿COMO LLEGAR?Ubicado a 360 km. de Capital Federal. En auto: por la Ruta 2 hasta el cruce de Dolores, luego por la 63 hasta Esquina de Crotto, hasta empalmar con la 56 hasta Pinamar, para finalmente tomar la 11 que desemboca en Cariló.
ORIGEN DEL NOMBREEn voz indígena Cariló sifnifiva "Médano Verde", y fue bautizado así por su fundador Héctor Manuel Guerrero.
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