lunes, 12 de noviembre de 2007

FERIAS ARTESANALES


PLAZA FRANCIA, UNA CITA OBLIGADA

El paseo Intendente Alvear, uno de los más importantes de Latinoamérica, es el lugar predilecto para los turistas que visitan Buenos Aires por sus diversos artículos autóctonos y espectáculos musicales o teatrales.

Cuando uno escucha Buenos Aires sin conocerla lo primero que piensa es en los sitios de interés turístico como la Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada, actual sede del Poder Ejecutivo de la Argentina; la Catedral Metropolitana, el histórico Cabildo o explorando un poco más la capital se pueden distinguir el Obelisco, la Avenida Corrientes con toda la variedad de sus sitios de interés (teatros y restaurantes), y hasta el barrio más famoso del país, La Boca del Riachuelo, más conocido como La Boca, barrio rico en historia cultural y atracciones turísticas.

Sin embargo, esta ciudad que nunca duerme y que es imposible de terminar de conocerla y descifrarla, además de los sitios históricos y de las edificaciones antiguas, cuenta con un paseo imperdible para quien está de paso por Buenos Aires. Sobretodo para los fines de semana, cuando el plan perfecto podría ser ir de compras.

Una de las opciones más recomendadas para esta actividad son las ferias, que, junto al fútbol o a las peñas folklóricas, representan al ser argentino como artesano. Y donde la exhibición de los productos ofrecidos a la venta, es de por sí fuente de distracción, entretenimiento e interrelación social e intercambio cultural.

La feria de la Plaza Intendente Alvear o Plaza Francia, como se la conoce tradicionalmente, posee una proverbial belleza que deslumbra a sus visitantes con sus 450 puestos de manualidades y de los 250 de artesanía donde se pueden encontrar los más diversos artículos artesanales como: bijouterie, carteras de cuero, accesorios en madera y cerámica, sahumerios, por nombrar algunos, y el más completo surtido de regalos artesanales, convirtiendo a la feria como la alternativa preferida para el paseo y compra de regalos.

“Si hablamos de turismo, esta feria es de las más importantes a nivel mundial porque también funciona de noche”, destacó Liliana Asnar, Secretaria administrativa de la sección manualidades de la feria, y agregó: “Viene gente de todos los lugares del mundo. Toda la gente que visita Buenos Aires pasea por Plaza Francia porque uno de los destinos preferidos de la ciudad es el barrio de Recoleta que cuenta con lugares sumamente visitados como el cementerio, su Centro Cultural y toda la parte turística”.

La feria de la exclusiva zona ubicada en Avenida Libertador entre Agote y Pueyrredón funciona los sábados, domingos y feriados desde las 10: 00, y esta a cargo del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Esta dividida en dos partes: por un lado la de manualidades y, por el otro, la de artesanos. Esta última opera desde 1982, cuando surgió por una ordenanza municipal, manualidades se añadió en 1998, pero recién en 2004 empezó a funcionar legalmente mediante un decreto de necesidad y urgencia, permiso que antes no tenían, sino que lo hacían a través de una organización interna. Hoy, luego de un reordenamiento, la feria se encuentra renovada y sigue siendo escenario de multitudes de personas (se estima que alrededor de 50.000 visitantes recorren el corazón de Recoleta cada fin de semana).

De privilegiada ubicación, la feria debe su belleza a su particular topografía. Aunque se la suele pensar, vista desde afuera, como un enorme laberinto repleto de puestos de venta, plaza Francia es en realidad un gran corredor turístico con un alto nivel artesanal. Lo principal, debe ser ofrecer la mayor variedad de estilos (ya que todos los stands ofrecen cosas distintas) y precios accesibles para el consumidor. La oferta se traslada a bijouterie con piedras y vidrios, pulseras, cadenitas, artesanías con papel de diario, remeras pintadas a mano, chalinas, bufandas y tejidos mapuches, sombreros, boinas y hasta libros usados son la atracción del consumidor.

La decoración es otra alternativa: los sahumerios (con importadas esencias), puestos con carteras de cuero y cinturones, mercadería tradicional como el charango (instrumento parecido a la guitarra), la quena o el mate; cuadros con dibujos de la ciudad o del genio tanguero, Carlos Gardel; marcos para cuadros tallados a mano, veladores hechos con botellas y adornos de toda clase.

Por otra parte, en la Plaza se destacan una amplia gama de artistas callejeros como malabaristas, titiriteros, percusionistas y músicos que entretienen a un variadísimo público, a cambio de una contribución a voluntad.

En los alrededores de la feria se puede vislumbrar un ambiente más juvenil, donde grupos de chicos sentados en el césped con la típica ronda de mates se deleitan con los grupos de capoeira, que ensayan movimientos del baileritual brasileño o con malabaristas que hacen todo tipo de firuletes con una esfera de vidrio y que no se dejan intimidar ante la atenta y silenciosa mirada de la gente.

Asimismo, completan el paisaje, estatuas vivientes y puestos de tarot. El sector gastronómico está presente a través de vendedores de churros, salamines y queso, panes rellenos, empanadas y licores de dulce de leche casero.

Porque a nadie le importa lo que está haciendo el de al lado, porque es un lugar cosmopolita y por la variedad de artesanías y de manualidades que posee la feria hacen que Plaza Francia sea uno de los lugares más fabulosos de Buenos Aires y lo convierte en una cita obligada por donde no se puede dejar de pasar.

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