viernes, 1 de febrero de 2008

ARTISTAS CALLEJEROS

En Florida, La Pareja Viento

LA CALMA QUE ANTECEDE AL HURACAN

Pese a la desestimación, Diego Eduardo y Rocío Acuña ofrecen un espectáculo en el que pasan de la serenidad al revuelo en cuestión de segundos, haciendo interactuar al público de la mítica Peatonal.

Instantes previos a la catástrofe. La velocidad inmóvil, anunciando lo imprevisible. Tales situaciones son las que parecieran intentar recrear este dúo dinámico en su show, que a pesar de recibir algún que otro empujón, se ganan merecidamente los elogios en las tardes de la legendaria Peatonal Florida.

Diego Eduardo tiene 30 años y es argentino. Rocío Acuña tiene 28 y es chilena. Juntos forman la Pareja Viento, y desde el 2004, en la intersección de Florida y Corrientes, hacen la representación de una estatua viviente. “La idea es jugar con el viento y la velocidad, para romper con las figuras inmóviles y los típicos mimos”, se presentan.

La iniciativa de los personajes es original y muy interesante de ver. Los dos visten de negro, blanco y un sobretodo gris y gafas oscuras. Sólo se diferencian en los objetos en los que intentan simular un efecto de viento, la corbata en el caso de él, y el paraguas en ella.

La actuación dura alrededor de tres horas, en las que mayoritariamente permanecen inmóviles hasta el momento en el que se acerque un espectador a ofrecerle un billete, y es allí cuando ellos pasan de la calma a la agitación en unos instantes, haciendo que corren, se suben a algún puesto de teléfono, o cualquier actuación que posibilite el contacto con la gente.

Para la sociedad, según comentan ellos, la teatralización callejera no es muy aceptada. “Hay mucho prejuicio y nos tratan de busca vidas, pero nosotros queremos demostrar todo lo contrario. Lo tomamos como un entretenimiento, aunque también nos comprometemos con lo que estamos haciendo”, explica Diego.

La finalidad del show que proponen estos jóvenes es tratar de fomentar la cultura de manera prácticamente gratuita, ya que sólo reciben algunas monedas por parte de los espectadores. “Damos un espectáculo sin filtro, en el que la gente se puede enganchar sin tener que pagar una entrada”, sostienen.

Ellos afirman que su espectáculo está dedicado tanto a turistas como a cualquier transeúnte porteño, pero en especial a los niños. “A través de nuestra propuesta, incentivamos a que los chicos se acerquen a estudiar teatro. Es como una escuela callejera”, aseveran.

Un viejo proverbio holandés, decía que el viento no se puede impedir, pero sí se pueden construir molinos. Diego y Rocío, no podrán impedir los prejuicios, las quejas, y hasta los empujones que reciben de quienes no saben apreciar la cultura callejera, pero sí podrán fomentar un espacio agradable y apacible para aquellos que sepan valorar su trabajo, que bien puede ser un hobby. Como evoca el sentido del aura, aplausos para ellos.

La Pareja Viento actúa de lunes a viernes de 15 a 18 en Florida y Corrientes, Microcentro, y los domingos de 12 a 18 en Defensa y Carlos Calvo, San Telmo.

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